La selección visitante estuvo capitaneada por Cândido de Oliveira, hombre que da nombre a la Supercopa de Portugal, y el primer gol del combinado luso lo marcó el jugador del Benfica, Alberto Augusto. Después de anotar dos goles salvadores en los cuartos de final ante Japón, la todocampista del Barcelona se sacó la espina ante Alemania con un partidazo, aunque el gol se le resistió en esta ocasión. Cinco jugadores diferentes marcaron para los locales, mientras que Nazim Suleymanov hizo dos de los goles azeríes. A nivel de clubes, Italia no solo había conseguido ya una estabilidad, sino que el F.C.




